Todo texto que leemos es de alguna manera
como un espejo en el que se refleja nuestro espíritu.
Pero asimismo, todo texto es opaco,
insinuando apenas el diseño de su autor.
En cierto sentido, todo lector es una suerte
de aspiradora que recoge residuos semánticos.
Pero, a la vez, el lector es como un jardinero,
dispersando preciosas semillas de palabras.
La literatura puede ser vista de tantas maneras...
Pero en lugar de especular acerca de esto,
¿por qué no abrir un texto y descubrir lo que tiene para decir?
Raúl:
(con una tosecita) Oye, ¿de qué habla este viejo inútil? ¿Tú le entiendes lo que dice?
Maya :
Es algo así como una paja posmoderna, supongo. ¿De veras te interesa?