Ya te está llamando
la antigua atracción del mar.
Rastrea los ríos de tu conciencia
para volver a la profundidad del mar.
No te detengas en ínfimos estanques
ni permanezcas para siempre en arroyos de montaña.
Tú naciste para viajar
y aventurarte en aguas profundas.
Déjate llevar más allá de estanques poco profundos,
superando los obstáculos que surjan.
Nadar un poco más lejos cada día,
sin preocuparte de la distancia a tu meta.
Muy pronto, en la madurez del tiempo,
podrá moverse más allá de todos los ríos,
y sentirás las frías corrientes
y la salada agua del mar.
Raúl: |
Ya sabes, yo creo que este tipo cree de algún modo en una suerte de simplicidad mística. |
José: |
La mayoría de la gente aprecia este tipo de mitos. |
Maya: |
No nos engañemos, el tipo anhela una epifanía, pero su intelecto es barrera que la impide. |
José: |
Este poema tan críptico es un galimatías del diablo, puro bla bla... |
Tara: |
Bah, demasiado palabrerío. Mejor pasemos a otra cosa... |