José: |
¡Ay de los que piden demasiado! |
Raúl: |
Sí. El interrogar generalmente es tolerado sólo dentro de ciertos límites. |
Tara: |
Mmm ... ya desde la cuna se nos enseña a obedecer. Pero la obediencia ciega es, en última instancia, algo signo de estupidez. ¿Acaso no es bueno cuestionarse la razón de ser de muchos fenómenos? |
Raúl: |
El cuestionamiento crítico puede ser molesto, pero es esencial. De hecho, es sólo a través del cuestionamiento que surgen muchos descubrimientos e innovaciones. |
José: |
(bostezando) Cada sistema tiene sus umbrales. Cuando las sociedades son robustas y sanas, la crítica aguda y el interrogar son tolerados. Sin embargo, en tiempos de agitación se exige mayor conformidad. Tal como señala Quetelet, los procesos sociales se rigen por principios matemáticos. |
Maya: |
Me parece fascinante ver cómo algunos dictadores casi le dan la bienvenida al estrés. Les da la oportunidad de consolidar su poder, al menos por un corto plazo. Pocos dictadores son lo suficientemente perspicaces para darse cuenta de que el poder real requiere una base amplia para ser sostenible. |
Raúl: |
(silbando, y de repente riéndose) ¡Tus intelectuales tienen su culo demasiado alto en el cielo! Me siento desconectado de esta pseudoconversación. |