¿Qué te puedo decir?La mayor parte de las tonterías con que encontramos están entre nuestros propios oídos.
Tara:
Acéptalo, esta es una producción de Mickey Mouse. Sin embargo, un poco del mensaje básico resuena.
Maya:
Entonces recuerde esa parte y olvide el resto...
Vivimos en un jardín del Edén mu-
tante, un vertedero de resi-
duos tóxicos y centro comercial Chernóbil,
una Disneylandia radiactiva que exige ad-
misión escarpada, para luego tratara la gente
como maniquíes multi-acceso del Ratón Mickey c
on tarjetas de crédito...
Raúl:
Hombre, ¡esto sí que es aburrido!
José:
Sí, nadie quiere escuchar a un predicador, aun si está en lo cierto.
Tara:
(encogiéndose de hombros) No sé. Tal vez nos tienen que recordar algunas verdades...
¡Piense en la tierra azul y alabe al mar!
¡Recuerde que tu vida no es provista por
los poderes corporativos X, Y o Z!
¡No deje que nuestro futuro se convierta en mar-
cas registradas lindas y encarnaciones de la codicia!
José:
La gente que necesita lo más nunca posible oír esto voluntad. Los que la oyen probablemente saberla ya de todos modos.
Tara:
Eso sucede con todo el conocimiento – relajar.
El autor está hablando básicamente se, trayendo varias secundario-personalidades en la alineación.
Maya:
La misma clase de diálogo ocurre en todas las personas. Y todos debemos escuchar eventual.
El mensaje cuenta mucho más que cualquier persona.
Afirme las partes de nosotros
que todavía son sal-
vaje, y las partes de la vida que per-
tenecen a cada ser.