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No es necesario que los sacerdotes prediquen –
simplemente observa los jardines detenidamente.
Cada hoja y cada brizna de hierba tienen algo que decir,
y todos los guijarros son dignos de contemplación.
¿Cree usted que la verdad solo está encuentra
en los rollos de pergamino antiguos?
Escuche – la sabiduría de árboles es muy antigua.
¿Para qué es necesario el discurso humano,
cuando la brisa susurra perfectamente?
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