Reflexionando sobre las ondas de la memoria humana
Cuando las aguas del Leteo se derramen sobre nosotros,
y la espuma de la eternidad borre nuestros recuerdos,
nada quedará excepto la belleza de la arena,
húmeda y resplandeciente:
¡para eso vivo (y muero)!
Somos como restos flotantes
y curiosos montonales de escombros,
sobre los que sonríe la entropía
mientras surgen nuevas formas.