¿Debería importarme las mentiras
y las falsedades si son parte de la vida?
¿Debería importarme desechar principios
necesarios para sobrevivir?
¿Debería importarme pagar impuestos
para apoyar la locura si parece inútil luchar?
¿Debería importarme obedecer a sistemas
que ignoran los derechos humanos?
Mi cerebro es solo un torrente de picos químicos,
cuyas reacciones son manipuladas
por gobiernos e intereses corporativos,
quienes sí se preocupan y trabajan cuidadosamente
para asegurar que sus deseos parezcan correctos.
Maya:
(negando con la cabeza) Detesto este tipo de depravación moral.
Tara:
(asintiendo) Sí. Hay demasiada gente en un estado de apatía.
José:
Nada más fácil, hoy, que caer en la apatía. ¿No es una forma de evitar el dolor?