Artefactos indispensables:
Reflexiones sobre el mecanismo de la emoción
Cuán extrañas máquinas
son los corazones humanos:
rotos con facilidad,
a menudo incomprendidos,
a veces olvidado, y aun así,
difícil de ignorar.
Sin ellos seríamos robots
y estaríamos menos que totalmente vivos.
Me alegro de tener un corazón humano,
a pesar de que funciona mal y
se hace un lío casi todo el tiempo.