Ambiciones truncadas:
Una crónica sobre las aspiraciones que no paran de cambiar
Hubo un tiempo en el que yo deseé la belleza
pero poco a poco mi viejo cuerpo envejeció.
Después anhelé la riqueza
y sólo vi pasar a lo lejos la fortuna.
Más tarde, aspiré a la sabiduría
pero pronto reconocí que la estupidez era mi destino.
Ahora ya no deseo tener ningún anhelo
y simplemente observar lo que acontece –
cada respiración.
El vacío del espacio
manifestándose una y otra vez –
la extinción entre la vida y la muerte.