En mil años,
¿seguirá La Monalisa sonriendo
y la Venus de Milo se inclinará perfectamente?
¿Conservará Ankor Vat todavía su esplendor?
y los bodhisattvas en Lhasa contemplarán serenamente?
Dentro de cien años,
¿la gente seguirá maravillándose con las sonatas de Schubert?
y dedicarán el tiempo para leer las obras de Cervantes?
¿El arte seguirá se irrelevante
a medida que multitudes se obsesionan ganar dinero,
saqueando la Madre Tierra,
creando tecnología
a toda velocidad?
Para sobrevivir a esta época,
deberíamos aprender a pensar más lentamente.
¿Por qué el constante trajín?
¿A dónde queremos llegar realmente?
Raúl:
(burlón) ¿Pero no había muerto ya el arte?
Maya:
(medio en serio) ¡No digas tonterías! Una vida sin arte es una vida sin alma.