Por cada Bach
hay mil Bernardos, Bauers, Bashours y Burgmüllers.
Por cada Miguel Ángel
hay muchos Masons, Maruyamas, Mins y Millers.
Por cada Einstein
hay innumerables Joe Smiths, Erika Schmidts y Hong Gil Dongs.
¿Qué es esta cosa llamada "genio",
que surge como un fuego de San Telmo del pensamiento?
¿Es simplemente una anomalía genética?
¿O tal vez un cambio social fundamental
que ayuda a resolver los enigmas de una época?
Es poco probable que alguna vez descifremos este misterio
aunque a lo largo de los efímeros senderos de la historia
huellas de pisadas nos seducen hasta que la ceniza del tiempo hace su magia
a medida que las obras maestras van desapareciendo,
hasta ser veladas por los hijos del Sueño.