Valora el tiempo. ★
Vea la enseñanza como un acto de descubrimiento. ★
Pregunta a la gente lo que quiere aprender y aprovecha sus intereses. ★
Indaga lo que el otro ya sabe antes de empezar a enseñar. ★
Busca la simplicidad y reduce la mayoría de las lecciones a sólo algunos puntos claves. ★
No tengas miedo a los errores, pero tómate el tiempo necesario para reflexionar y aprender de ellos. ★
Considera las actividades de aprendizaje como bloques de construcción que se pueden ensamblar de muchas maneras posibles. ★
Si hay falta de claridad, pensar en los motivos. Muchas veces nos olvidamos de lo que estamos haciendo en clase. ★
Sé lo suficientemente optimista como para creer en tus estudiantes, aunque ellos no crean en si mismos. ★
Experimenta continuamente. ★
Hoy, en una biblioteca, me encontré con "Revista de Eco-Filosofía", impresa en papel no reciclado. ★
En nuestra era de Internet la necesidad de que una publicación académica se imprima en papel es cuestionable. ★
Además, tener un "eco-diario" impreso en papel no reciclado es hipócrita. ★
Asegúrate de que tus clases sean creativas. ★
Concéntrate en algunos puntos esenciales; no esperes lograr todo. ★
Enseñar con pasión. ★
Considera a la docencia como tu vocación, no simplemente como un modo de ganarte la vida. ★
Si el trabajo de enseñar no te entusiasma, intenta hacerlo de otra manera. ★
Anima a los estudiantes a participar de manera que se ayuden entre sí. ★
Permanece atento a las oportunidades inesperadas. ★ Busca la excelencia, pero no la fuerces. ★
Vive una vida plena. ★
No te encierres en un aula: haz salidas con regularidad. ★
Permanece abierto a lo nuevo. ★
Da a tus alumnos tiempo suficiente para hablar y debatir entre ellos. ★
En tu afán por completar "el programa", no te olvides de enseñar. ★
Cubrir los contenidos es importante, pero más importante es descubrirlos.