Pasando el Yang-Tze:
Algunas reflexiones sobre un antiguo río
Con una botella de vino,
floto por los ríos del tiempo,
pasando entre sauces y ciruelos en flor,
embriagado voy cayendo ebrio en dirección al mar
Aquí la historia parece profunda,
y aunque el limo es espeso,
las aguas siguen fluyendo:
el ser humano es una mera brizna.
Echando una ojeada al Yang-Tze,
el río parece hablar
con tonos de viridián, esmeralda y verde.
Por un tiempo me desentiendo de las chimeneas,
a la deriva, a la deriva, a la deriva…
Yang-tze… mira… mareado… mar…