Las palabras son como sedimento:
capas de intención en descomposición con el tiempo.
Algunas se fosilizan como voces petrificadas
y otras se cubren con escombros léxicos.
Algunos se mezclan con "hojas lingüísticas",
y luego se fragmentan en el lecho de la historia.
Durante eones, los idiomas se deforman de modos interesantes:
y las palabras nacen y mueren como organismos.
Algunas palabras, fieles a sus sonidos originales,
dan a representan implícitamente conceptos nunca antes encontrados.
Otras palabras, tomadas de tierras lejanas,
cambian nuestro pensamiento y mutar nuestras mentes.
¿Cuántas de las palabras que hoy conocemos
seguirán existiendo más allá de esta edad tumultuosa?
¿Y a medida que las mentes y ordenadores se comunican más y más,
cómo se también transformará la manera en que nos interfaz?