Todos los días manadas de consumidores-vaca
pacen en praderas de supermercados
yendo de estante a estante, mascando cuajadas de menta
se paran en la zona del requesón
de las palomitas de maíz y de los tallarines.
Regresando a sus graneros
y sentar abajo sus bolsas de víveres
en un agotamiento total,
tienen tan poco tiempo para calentar sus solomillos
antes de que terneros
jóvenes busquen sus pezones.
Ser una vaca no es fácil:
mascar bolo alimenticio constantemente
y estar rodeada de estiércol
rancio gran parte del tiempo.
Y ah!
cuando aparecen los tábanos,
¡cada chasquido de la cola parece inútil!
¿Le gustaria a usted estar de pie delante
del heno podrido todo el invierno
o masticar la misma hierba añeja hora tras hora?
y finalmente - después de toda su brega –
ser convertido en un pedazo de hamburguesa?
¿Crees que la vida de una vaca es realmente idílica?
José:
Los consumidores son como las vacas en muchos aspectos: en general suele prevalecer la mentalidad del rebaño.
Raúl:
Sí. Y los rebaños no son dificiles de manipular.
Maya:
Si las vacas supieran realmente a dónde se dirigen, ¿se comportarían de otra manera?
Raúl:
¿Eh? ¿Por qué me lo preguntas? ¿Piensas que soy una vaca?