La extrañeza en mí y en ti no es nada
comparado con la extrañeza del siglo XX en América,
una tierra que devasta el planeta,
palidece ante la salvaje y brutal extrañeza
retuerce almas en rendidas por la violencia
y destruye todo lo que no puede entender.

¡Un karma pesado, sin duda!

Cante un kadish por sus Big Macs envenenados,
mientras entona Yankee-doodle-dandy.

Si lanzamos aullidos al abismo,
y aullamos ante la monstruosidad,
entonando el sagrado sinsentido de la verdad,
quizás algunas almas despierten de su letargo.

Primero, sin embargo, debemos enfrentar nuestra propia locura,
y reconocer nuestra responsabilidad en los desastres cósmicos.

¿Acaso no tiene un rostro semejante al nuestro muchas veces el enemigo imaginado?
¿No reflejan los hipócritas que despreciamos nuestras complejidades?

A pesar de numerosos enredos nefastos,
a veces las puertas del armario de la comprensión se abren con un crujido,
ya que la poesía, con un misterioso poder,
puede quebrantar ilusiones.
HOMENAJE A GINSBERG - un graphico de t newfields
Tara: (sacudiendo la cabeza) ¿Eran acaso los EEUU un lugar tan extraño como insinuaba Ginsberg?
Raúl: Sí. En muchos sentidos, América podría describirse como un imperio del mal. Muchas encarnaciones el rico Epulón viven muy cómodamente en la Capital.
Tara: ¿Y qué hizo Alan Ginsberg al respecto?
José: (encogiéndose de hombros) ¿Qué podría hacer una persona cualquiera? Nombrar la monstruosidad y rezar por que llegue el despertar.