Por encima mis ojos:
un soplo tenue de cielo
con soñolientas y petro-químicas nubes.
Bajo mis ojos:
frescas mareas de agua salada
mezcladas con las aguas residuales y basura.
A mi derecha:
hileras de pinos y rompedores
de hormigón
en geometrías de conformidad.
A mi izquierda:
automovilistas fumando cigarrillos,
mientras sus motores recitan sutras de gasolina.
En este lugar donde la pesca
se han convertido en una enorme letrina,
y molinos de acero proporcionan alimento
para las fábricas de hambre
La Esperanza(R) asciende directamente del culo.
Raúl:
Ha habido algunas mejoras, pero la bahía de Tokio todavía está muy contaminada.
José:
(suspirando) Sí. Mucha de la contaminación proviene del vertido ilegal y de los micro-plásticos.
Tim:
Con legislación solamente no se solucionan esas cuestiones: hay que cambiar la actitud de la gente. Para lograr cambios profundos, debemos elevar la conciencia.
Tara:
(con nostalgia) Es un esfuerzo loable, aunque los pesimistas dirán que es inútil. La conciencia humana aún es primitiva en muchos sentidos.