Algunos pensamientos sobre el mercantilismo y la industria editorial
¡En los bosques de la literatura hay infinidad de árboles!
Cada uno es una obra de arte y parte de un paisaje más amplio.
Algunas obras literarias parecen como cedros en las alturas.
Otros se asemejan a bonsáis enanos,
que suelen pasar desapercibidos por los transeúntes.
Algunos brotar como magnífico helechos con toldos verdes.
Otras muestran llamativas frondas que se despliegan de una manera misteriosa.
Todos ellos, sin embargo, comparten un mismo final:
En las sociedades donde todo se justifica en pos de un beneficio económico,
las sierras de cadena de comercialización
y las "excavadoras" de la industria no esperan.
Cada pieza literaria es un producto,
con destino a las estanterías del los mercados.
Lo que no vende se convierte en compost rápidamente:
sin dólares, las palabras pronto se pudren.