Hay un antiguo árbol ginkgo,
ahora vital con hojas verdes,
cerca de un montón de ruinas dispersas,
brotado en otra época historica.
De los escombros de este montón de basura,
la vida triunfa como los zarcillos frescos crecen
movidos por una fragante brisa de verano.
Nagasaki:
¿es simplemente una corriente
ciudad de tamaño medio
o es el testimonio de que,
a pesar de los obstáculos,
el espíritu humano sigue prosperando?
Raúl:
El autor, ¿no da la impresión de que está bromeando?
Maya:
Bueno, el humor es como una sal que nos ayuda a digerir los horrores de la guerra.
Tara:
(haciendo una pausa, luego escupiendo) Tal vez algunas adversidades no deberían ser digeridas.
Deberían pudrirse en nuestros estómagos, para que no olvidemos el dolor.
José:
(asintiendo) Sí, no deberíamos que la guerra tiene un sabor amargo.