El Estudiante ideal:

un retrato en honor a Foucault

El Estudiante ideal - un arte de T Newfields

El estudiante ideal no necesita pensar,
sólo un cuerpo atrayente que sean guiado fácil de guiar.

El estudiante ideal no dice cosas que inviten a la reflexión.
sólo humildemente repite lo que se espera de él.

El estudiante ideal evita toda controversia
y escucha a los demás respetuosamente

Se amolda a la retórica aceptada
y teme que las desviaciones sean penalizadas.

Los estudiantes ideales hacen excelentes soldados,
obreros fabriles, funcionarios puntuales...
y esposos fieles, por añadidura.

Hay sólo un problema:
detrás de sus lentes bien pulidas y sus orejas escrupulosamente aseadas,
acecha en ellos algo osado e inquisitivo,
y determinado a comprobar lo que oyen.